mardi 11 septembre 2007

BENEDICTO XVI ALUDIO A LA AUTORIZACION PARA CREAR EMBRIONES HIBRIDOS EN EL REINO UNIDO

El Papa advirtió que la ciencia puede ser una terrible amenaza

En su visita a Austria, remarcó que no hay que perder "la referencia a Dios".
jalganaraz@clarin.com


La ciencia sin Dios es una amenaza a toda la humanidad, advirtió ayer el Papa en su homilía bajo la lluvia en el santuario de Mariazell, Austria, ante 33.000 fieles. Allí, a 150 kilómetros de Viena, presidió las celebraciones del santuario favorito del mundo católico centroeuropeo.

El pontífice afirmó que no se debe perder "la referencia a Dios" porque si esto ocurre "los grandes y maravillosos conocimientos de la ciencia se hacen ambiguos y se convierten en una terrible amenaza" que puede degenerar "en la destrucción del hombre y del mundo".

El Papa aludió a las experimentaciones científicas biológicas, que están en Europa en primer plano esta semana después que las autoridades británicas autorizaron la creación de embriones híbridos con materiales genéticos humanos y animales para facilitar las investigaciones destinadas a curar enfermedades graves.

"Nuestra fe -añadió- se opone decididamente a la resignación que considera al hombre incapaz de la verdad, como si ella fuera demasiado grande para él". Volvió además a atacar el relativismo, "del que se alimenta la secularización".

El Papa abordó nuevamente, como el viernes en la primera de las tres jornadas de su visita a Austria, diversos temas y comentó que Europa se ha convertido en un continente "pobre de niños", refiriéndose a la crisis demográfica debida a la caída de la natalidad.

"Hay que tener confianza en el futuro. Queremos todo para nosotros mismos y quizás no nos confiamos demasiado en el futuro. Para mirar adelante sirve la fuerza moral del cristianismo, instrumento indispensable de cara a los desafíos de nuestro tiempo", remarcó, y agregó que "Dios salvó al mundo no con la espada sino con la Cruz".

El Papa había atacado duramente el viernes al aborto, que "no es un derecho humano sino una herida". Ayer, el gobierno de Austria declaró que no está en proyecto modificar la ley que autoriza con condiciones la interrupción de la maternidad.

Benedicto XVI también manifestó su tristeza porque dos peregrinos de 83 y 80 años que iban al santuario murieron por sendos infartos. Entre los que lo escucharon bajo la lluvia había muchos fieles de países vecinos como Hungría, Eslovenia y Croacia. El Papa rezó dentro del templo ante la estatua de la virgen María de estilo románico y por la tarde presidió una víspera mariana con sacerdotes y miembros de las congregaciones religiosas.

A todos ellos, Benedicto XVI les destacó la importancia obligatoria de los consejos evangélicos de la perfección: pobreza, castidad y obediencia. Ratificó el respeto del celibato sacerdotal "que no implica un elogio del individualismo y la falta de relaciones", sino "el total e incondicional servicio al reino de Dios".

El pontífice regresó por la noche a Viena, donde para esta mañana está prevista una misa en la catedral de San Esteban y una visita al monasterio de Helligenkreuz antes de regresar por la tarde a Roma.

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