vendredi 6 avril 2012

BIBLIA , PLAGIO DE FÁBULAS EGIPCIAS MILENARIAS 1/2

La importancia de un Estado Laico

Por Edgar Isch López
Un punto vital de cualquier Constitución política es la definición del carácter del Estado en el cual la sociedad se compromete a vivir. Dentro de ello, en los actuales momentos, llama la atención la resistencia a lograr la declaratoria de Estado laico, frente a lo cual se crea un fuerte debate en el que no faltan los absurdos de pretender que se trata de un ataque a todos los creyentes.
El laicismo, por el contrario, llama a una postura universalista de respeto al pensamiento de cada quien y, particularmente, de su creencia religiosa o del hecho de no tener ninguna. La igualdad de los ciudadanos independientemente de su postura frente al fenómeno religioso, es parte indisoluble de la igualdad ante la ley y de un Estado de Derecho en el cual la legislación está por encima de los intereses particulares.
estadolaico1.jpg
El Estado Laico implica además la autonomía del Estado, la independencia entre la ley civil y las normas religiosas o filosóficas particulares, por lo que el laicismo es parte de la soberanía del país. Caso contrario, nos ponemos por debajo de las decisiones de un organismo distinto a los elegidos en votación universal como es el caso de los organismos que dirigen de cualquier culto particular, muchas veces de carácter extranjero, como puede ser el caso del país del Vaticano.
Una falsedad mantenida es que el laicismo es una imposición. Absurdo, pues permite por el contrario la libertad de conciencia y de cultos, no los impide ni pone uno de ellos por encima de otros sino que los garantiza, por supuesto siempre y cuando no atenten a los derechos humanos y a las leyes penales, pues no se puede justificar asesinatos o pedofilia como si se tratase de un asunto de fe. Así, toda fe religiosa y filosófica, incluyendo las ateas, agnósticas y otras, tendrán la misma posibilidad de expresar su pensamiento, de practicar sus ritos, si los tuvieren, y de sentirse en plena igualdad de condiciones con las demás.
estadolaico2.jpg
El creyente de un credo, y en el Ecuador están registrados más de 200, no sentirá la amenaza de que se le quiera imponer otra religión, pero tampoco podrá imponer la propia. El laicismo asegura la existencia de todos en la casa común, sin que nadie se sienta aislado o segregado y para ello se determina la separación entre el Estado y las organizaciones religiosas, en donde una iglesia (mayoritaria o minoritaria, eso no importa) no determine las acciones del Estado y donde el Estado no interfiera en las acciones de las agrupaciones religiosas.
Pero en el Ecuador hay centenares de miles de compatriotas que se sienten relegados, desde el momento mismo en que se volvió a invocar a dios en la Constitución de la nefasta constituyente de Oswaldo Hurtado. ¿Cuál dios es el citado? ¿El de los pueblos indígenas que adoraban al sol hasta que a sangre y fuego se les impuso el catolicismo? ¿El de los ecuatorianos que profesan el judaísmo o el hinduismo? ¿el del mayoritario catolicismo bajo la orientación de la teología de la liberación o el de los católicos ligados a la historia del fascismo y agrupados en el Opus Dei? ¿Y los ateos y agnósticos, quedan fuera del amparo de esa Constitución? Una invocación de ese tipo es de por sí un acto excluyente contra todos los que no se sientan plenamente representados en ella y la Constitución se entiende que es para todos y todas, sin exclusión de ninguna especie.
Pero el problema es mayor y ha sido históricamente discriminatorio, tal y como lo señalaron representantes de distintas iglesias cristianas en abril del año pasado (2007) al visitar a la comisión del Conesup que trabajaba una propuesta constitucional. El presidente de la Confraternidad Evangélica, el pastor Nelson Castro, indicó que frente a una Ley de Libertad de Conciencias y de Culto, que le da mayor representación a la Iglesia Católica, las minorías religiosas se han visto afectadas. “No hemos tenido nunca una equidad religiosa”, afirmó el pastor Castro, reclamando que la separación de la Iglesia y del Estado se vea en la práctica o, de lo contrario, que todas las iglesias tengan el mismo derecho a participar en organismos del poder público. Imagínese, por ejemplo, el lector más de 200 representantes religiosos al Consejo Nacional de Educación, donde ahora solo tiene presencia el representante de la educación ofrecida por la iglesia católica (duplicando la presencia de la educación privada frente a uno solo de los educadores fiscales).
El ejemplo anterior demuestra que la única igualdad real se puede dar si el Estado se mantiene defendiendo el interés común de todos y sin distinción, pero no en trampas burocráticas de supuesta igualdad que resultan en la sola presencia de la fe mayoritaria (si es que hay un solo catolicismo, lo que muchos religiosos han puesto en duda). Eso ya se demostró cuando se autorizaron clases de religión en las escuelas fiscales, pues para cumplir las condiciones los miembros de una fe religiosa menos numerosa deberían encerrase en una sola escuela para hacer uso del derecho que estaba al alcance de otros.
La historia del Ecuador está llena de actos de imposición religiosa. En 1830 los indígenas son puestos bajo tutela de los párrocos, para que se acaben los credos originarios; en 1852 la Asamblea Constituyente decretó la expulsión de los jesuitas ante su intromisión en todos los asuntos del Estado y su enorme poder económico; en 1862 se firma un Concordato entre Ecuador y el Vaticano que otorga a los obispos la capacidad de censurar libros y fija que la educación será solo católica; ese Concordato se vuelve ley y se entrega a la Iglesia Católica la potestad de aceptar o no cualquier sociedad u organización en 1886, lo que se ratifica en 1889 en “la Carta negra” de García Moreno; así, hasta 1885 en que el obispo de Portoviejo, Pedro Schumacher, pide a los católicos que luchen con las armas en contra de los revolucionarios alfaristas, que una vez victoriosos declaran en la Constitución de 1906 la separación de la Iglesia y el Estado, en 1908 confiscan los bienes inmuebles del clero e inician la educación laica.
Pero la acción política de los obispos y pastores es constante, recordemos que su perfil de candidato presidencial entre líneas llamaba a sostener los puntos de vista de la derecha. Lo más grave es que pretenden que la moral que ellos dicen defender es la única válida, descalificando en los peores términos a las prácticas sexuales diversas, a los defensores de los derechos sexuales y reproductivos, a los integrantes de otras religiones calificadas indiscriminadamente como sectas o herejías.
estadolaico3.jpg
Los opuestos al laicismo creen poseer la verdad indiscutible y se sienten con el derecho de imponerla a los demás. Los opuestos al laicismo tienen, por tanto, una inclinación autoritaria que explica que Bush acuda al nombre de Dios para invadir Irak, que Al-qaida también recurra al nombre de Dios para sus actos terroristas o que la cúpula del Vaticano haya pactado con Hitler, al que nunca desmintió cuando decía que mataba a judios en cumplimiento de un mandato bíblico. El debate es, entonces, entre laicismo o autoritarismo. Y todos sabemos que el autoritarismo no es democracia. Y que los creyentes que rechazan el uso político de la religión, por parte de Bush, Hitler, Bucaram Febres Cordero o Noboa, saben bien la necesidad de que su fe sea respetada y no mezclada en los asuntos de la política.
El laico, por el contrario, estará dispuesto a poner todo en la mesa de discusión, menos el derecho a disentir, a pensar diferente, a asumir como derecho personal y privado el derecho a ser parte o no de un credo. El laicismo no impone ni la fe ni la falta de fe, solo garantiza la separación entre una creencia personal y el Estado que nos debe cobijar a todos, con la diversidad que sea.
Uno de los derechos humanos es precisamente el de la libertad de culto. Siendo el Estado el obligado a garantizar la vigencia de los derechos humanos, la única forma de hacerlo es declarándose laico y eso significa neutral y separado de toda fe religiosa, sin apoyar a ninguna ni económicamente ni de otro modo, fortaleciendo la educación laica, renunciando al uso de todo símbolo religioso (recuérdese a presidentes dando las medidas antipopulares con un crucifijo a su espalda), ratificando la separación de las prácticas públicas y privadas, sosteniendo la igualdad ante la ley y evitando los conflictos de origen religioso que se dan cuando hay sentido de imposición de una fe sobre otra.
Una última aclaración es que el laicismo es una propuesta clara, que pone a todos los credos filosóficos y religiosos en la misma condición y la idea de que la ley debe cobijar a todos. Esto no puede expresarse como “Estado Multiconfesional” porque este termina siempre en una suerte de comunidades cerradas, mientras el laicismo abre el diálogo y mutuo respeto.
En resumen, el laicismo es garantía de derechos humanos fundamentales, es condición de la vida democrática, componente de nuestra soberanía y respeto real a las distintas posiciones de pensamiento. Por ello, la nueva Constitución debe expresamente dar ese carácter al Estado ecuatoriano, que respete los derechos y trabaje con una visión integradora para todos y todas, sin ningún tipo de exclusión.

Se permite la reproducción de este ensayo para fines educacionales y/o científicos siempre y cuando se mencione claramente nuestro sitio web, así como el nombre del autor del mismo. Se prohibe su reproducción con fines comerciales.

"Si leyeran bien la Biblia dejarían de creer"

Entrevista de Juan Jesús Mantilla a Piergiorgio Odifreddi, autor de "Porque no podemos ser cristianos, y menos aún católicos"
Aunque es un ateo confeso, todavía tiene callos en los pies por culpa de su última experiencia mística. Piergiorgio Odifreddi (Cuneo, Italia, 1950) acaba de regresar del Camino de Santiago, esa meca de la cristiandad que ha recorrido durante dos semanas con su amigo Sergio Valzania. El itinerario ha dado que hablar en Italia. Juntos han hecho en cada etapa un programa especial para la emisora RAI 3. La gracia está en que Odifreddi no cree, pero Valzania sí se confiesa católico a ultranza. "Al final hemos quedado como empezamos. Ni él me ha convencido a mí, ni yo he logrado quebrar su fe", comenta, en un hotel del centro de Madrid, este escritor, matemático y profesor de lógica.
Pero en algo sí se han puesto de acuerdo: "Galicia es bellísima; Castilla, un poco aburrida con esas llanuras tan interminables", comenta. "Y España, más laica que Italia, con diferencia. En nuestro país todavía no es posible criticar abiertamente a la Iglesia", asegura Odifreddi. Quizá por eso, para frenar la larga mano del Vaticano sobre la libertad de expresión, se ha lanzado este ensayista a la yugular de la Iglesia. Lo ha hecho con un libro que resultó un impacto en su país y un éxito de ventas que dejó patente algo serio: "La fractura entre religión y laicismo que existe en mi país, con clara desventaja para los no creyentes".
El título es tan directo que no deja lugar a dudas: Por qué no podemos ser cristianos y menos aún católicos (RBA). Ni que decir tiene que el texto de quien es hoy por hoy el látigo del laicismo en Italia ha supuesto una pesadilla entre las jerarquías. No por existir, sino porque el destino y los calendarios editoriales le lanzaron a las librerías a competir al tiempo con otro libro opuesto: Jesús de Nazaret, del papa Joseph Ratzinger.
"Durante semanas estuvimos alternándonos en el primero y el segundo lugar en las listas de los más vendidos", comenta jocoso Odifreddi. Seguramente la curia habría preferido otro competidor. Pero al diablo no se le pone nada por delante. Sigue jugando fuerte y haciendo de las suyas. Ni con rosarios pudieron evitar que Odifreddi vendiera 200.000 ejemplares.
piergiorgio2.jpg
Juan Jesús Mantilla: De manera que llega del Camino de Santiago… ¿Ni así ha encontrado la luz?
Piergiorgio Odifreddi: Ha sido una experiencia interesante. Creo que es la primera vez que un ateo retransmite en Italia el Camino por la radio. El modelo fue la película de Buñuel La Vía Láctea, con aquellos dos personajes que combatían a golpe de dogmas y herejías.
JJM: -Bueno, igual que siempre, ¿no? Aunque la herejía como concepto ha sido superada por una etiqueta mucho más digna que llamamos laicismo.
PO: -En España tienen más suerte que en Italia en ese ámbito.
JJM: -¿Usted cree? En España no existe un cardenal Martini, por ejemplo. Alguien que defienda tan abiertamente desde la jerarquía el sacerdocio para las mujeres o las bodas entre curas.
PO: -Hombre, en España la derecha es católica, pero la izquierda es claramente laica. En Italia yo he militado en el Partido Democrático, de Walter Veltroni, y me salí porque no defendían el laicismo. Me lo pidió él. Yo pensé que era conveniente porque ya que dentro conviven varias corrientes, algunos podíamos alentar un aire de izquierda más radical y laico para frenar lo que nosotros llamamos facción teocon. Pero al final Veltroni no ha sido claro. Ha decidido no meterse en asuntos que tuvieran que ver con la Iglesia. Por más que le han preguntado, nada. Y yo me he ido del partido al ver que no se comprometía claramente.
JJM: -¿Por qué la izquierda italiana no se decide a romper con la Iglesia?
PO: -Las anteriores elecciones las ganó la izquierda por 20.000 votos. Con esa ventaja tan pequeña, nadie quiere ponerse en contra a una organización que controla a 30 millones de ciudadanos. Yo milité para intentarlo, pero es difícil en un partido que lidera alguien como Veltroni, un personaje a quien se le conoce como el señor pero también… Falta valentía. Esta oportunidad la hemos perdido.
JJM: -Desde la izquierda, después de las primeras acciones de Berlusconi, ¿cómo se va digiriendo el resultado electoral?
PO: -Por culpa de cosas como éstas se ha perdido. El partido de Veltroni no tiene identidad, es una refundación de viejas estructuras. Caben gente del antiguo Partido Comunista y de la Democracia Cristiana, empresarios y trabajadores… hay 120 diputados que se declaran abiertamente católicos. ¡Hasta la antigua Democracia Cristiana era mejor que esto! En cuanto a este Gobierno, es pura derecha.
JJM: -Muchos lo califican de neofascista.
PO: -Quítele el neo. Fini lo es. La Liga es racista y Berlusconi va a lo suyo. En la primera semana de mandato ya discutíamos de la televisión… Pero, en fin, este Gobierno sabemos lo que es. Sin embargo, con el partido de Veltroni no hay definiciones claras.
JJM: -¿Le resulta "light", descafeinado?
PO: -Tiene miedo a ciertas cosas. A la Iglesia, para empezar. En España no ocurre esto. Yo leo artículos en la prensa de este país que en Italia serían impensables. Cuesta publicar ciertos asuntos.
JJM: -¿Por eso ha decidido dejar sus posiciones claras en un libro? Con la óptica de un matemático, además.
PO: -He escrito mucha divulgación científica. Con asuntos que relacionan ciencia y religión, como hice en El Evangelio según la ciencia, por ejemplo, o en Las mentiras de Ulises. Me he empeñado en hacer ver las matemáticas como una parte de la cultura, integrar ambos mundos.
JJM: -Pero ¿cómo formula un matemático algo que carece de toda lógica?
PO: -Este libro tiene dos inspiraciones claras. La obra de Bertrand Russell ¿Por qué no soy cristiano? y aquel de Benedetto Croce Por qué no podemos considerarnos cristianos. La idea nació porque cada año editamos un libro de Russell y tocaba hacer aquél. Lo releí y me pareció que había envejecido mal con el tiempo. Se lo dije al editor y él me propuso hacer una interpretación propia. Así que me metí un semestre en Nueva York al Instituto de Estudios Italianos en la Universidad de Columbia. Estudié a fondo la Biblia y el catecismo. Mis amigos me encontraban siempre con ambos libros a cuestas y me preguntaban: "¿Qué te ocurre?".
JJM: -Normal… Le verían como un converso o temían alguna andanada suya.
PO: -¡Quién sabe! El caso era hacer una lectura a fondo, una crítica de la religión no desde perspectivas políticas de injerencia en la vida pública y todo eso, sino de observarlo desde una concepción teológica, desde dentro, y descubrir sus anacronismos. Su concepción violenta, cruel, sanguinaria de la vida, sobre todo en el Antiguo Testamento. Por eso se han molestado también los judíos, que me han acusado de antisemita.
JJM: -Es que reparte para todos.
PO: -Normal. Los cristianos han heredado el Antiguo Testamento y uno no sabe por qué lo han hecho.
JJM: -Lo acometieron además de manera acrítica.
PO: -Completamente. Hubo algunos que quisieron eliminarlo. Creían que el Dios bueno del Nuevo Testamento no requería la ira del anterior. No se aceptó, allá ellos.
JJM: -¿Le han amenazado?
PO: -Algunos me han escrito diciéndome que diera gracias porque los cristianos no fueran como los islamistas, que si no ya lo habría pagado. He pensado en hacer algo que se titulara Por qué no podemos ser islámicos, pero es que en Italia son cuatro y no sería útil. Además decretarían una fatwa, y es lo que me faltaba.
JJM: -Todavía hay cosas que no nos dejan tocar.
PO: -Y tanto, en Italia existen directores de periódicos que reconocen que los dogmas de fe son un cuento, pero que no pueden escribirlo porque el mero hecho de ponerlo en duda ya crea un conflicto.
JJM: -Como por ejemplo…
PO: -Lo peor es poner en duda la propia existencia de Jesucristo. No hay constancias históricas serias. Son relatos construidos a posteriori. Decir esto ya es algo escandaloso.
JJM: -Igual que poner en duda la virginidad de María, que lo que uno no sabe muy bien es por qué se sostiene lo contrario.
PO: -¡Aquella invención! ¡Increíble! Es un dogma con una historia muy interesante, de todas formas. Para eso se readaptó un pasaje del Antiguo Testamento que viene a decir: "Por aquí ha pasado Dios (refiriéndose al útero de la Virgen) y no lo hará nadie más". Son las mismas palabras que utilizan para señalar una puerta de Jerusalén por la que pasó el Arca de la Alianza. Cogen un pasaje, se cambia de sitio y a nadie le importa.
JJM: -A usted, después de haber escrito que Cristo puede ser hijo ilegítimo de un centurión romano, ¿no le han quemado?
PO: -Pantera se llamaba el hombre. Pero todo eso ya se comentaba en la época más próxima. En fin, yo no creo que haya mucha gente que se lo trague a estas alturas. Creo que es una pose social sostener estas cosas, pero que en realidad no lo piensan. Es una convención. Ni eso, ni la trinidad, ni la transustanciación… Ni la resurrección se puede explicar científicamente. No es un milagro. Las bacterias del tétanos, por ejemplo, pueden producir una muerte aparente. Pudo haberlo cogido clavado en la cruz.
JJM: -Existen explicaciones racionales para todo aquello que pasa en el Evangelio, pero no las hay para todo lo que dicen en él.
PO: -Cierto, cierto. El Evangelio tiene tres inspiraciones. Una, la del profeta, la del Jesús de la montaña, el de los bienaventurados. Luego está la del charlatán. En Palestina, hace 2000 años, había muchísimos. La última es la del Jesús revolucionario. Uniendo las tres, se ha forjado esta historia.
JJM: -Una historia que tiene después la suya propia.
PO: -Ésa es la más interesante. Apasionante. Entender cuáles son las fuentes de esos escritos, desmembrarlos, acotarlos. Los apócrifos, tratarlos desde el punto de vista lingüístico, de la arqueología del lenguaje, los pasos que ha sufrido tras los diferentes concilios, todo eso. Las discusiones, las herejías que pintaban a Jesús como una realidad virtual, como el personaje de una película, como un ser que nunca existió porque nunca había podido encarnarse al ser Dios precisamente. Así hasta nuestros días, porque el último dogma es de 1950, la asunción de la Virgen, que también trajo lo suyo.
JJM: -¿Ah sí?
PO: -Sí, porque los católicos pensaban que había ascendido sin saber si había muerto o no. Mientras que los ortodoxos sostienen que seguramente había muerto, pero no están seguros de que haya ascendido. ¿No es un cachondeo? Yo incluso llegué a hacer un cálculo científico. ¿Desde dónde ascendió? Verticalmente desde Jerusalén. ¿Con qué? Con el cuerpo. Suponiendo que lo haya hecho a la velocidad de la luz, lleva 2.000 años subiendo y, por tanto, todavía no ha atravesado nuestra galaxia. Por ahí sigue, está saliendo. Con cualquier telescopio potente en el mismo Jerusalén podríamos localizarlo. ¿Se da cuenta del ridículo?
JJM: -En sus desmontajes, trata usted también los mandamientos.
PO: -Los hebreos sostienen que hay más de 600, pero en el caso cristiano, uno de los más interesantes es el segundo, que se pierde, curiosamente. El que prohíbe alzar y construir imágenes.
JJM: -¿Cuál de todos los dogmas es el que más le atrae?
PO: -La transustanciación. La hostia, que se basa en un principio aristotélico. Va contra la idea de sustancia científica. A los papas les trae de cabeza.
JJM: -¿De dónde le viene esa manía de ponerlo todo patas arriba?
PO: -No hace falta tanto. Si quisiera hacer una verdadera cruzada, recomendaría una única cosa a la gente: que leyeran la Biblia con un punto de vista racional, con atención. Dejarían de creer inmediatamente. No hacen falta libros anticlericales.
JJM: -Es que 200 años de Ilustración prenden finalmente en nuestra moral y en nuestra concepción de las cosas de manera contundente.
PO: -Es así. Pese a que muchos insisten en que no puede haber moral sin religión. Era Chesterton quien decía que si no creías en Dios, podías creer en cualquier cosa. Yo ahora pienso lo contrario, que quien cree en Dios puede acabar tragándose cualquier cosa. Italia es de los países con más fe del mundo, por eso seis millones de italianos consultan también a magos, quirománticos, echadores de cartas. Si te crees lo de la trinidad o la virginidad, te entra todo. Tampoco es justo ese discurso de que los laicos no creemos en nada. No es cierto, lo hacemos en los ideales. Pero no en los dogmas.
JJM: -Eso que tanto espanta ahora del relativismo, ¿cómo lo ve?
PO: -Ahh… Ratzinger es un ultraconservador antipático y obtuso. Estas cosas lo prueban. Es un asunto que demuestra la incapacidad de la Iglesia para entender casos como el de Galileo. Le han perdonado 400 años después de haberle condenado por algo que era cierto, pero no han entendido nada. Lo admiten muchos miembros de la Iglesia, aunque luego lo pagan. Lo dijo George Coyne, un jesuita que fue el encargado del Observatorio Astronómico del Vaticano durante 25 años. Aseguraba que no se había comprendido la magnitud de ese caso. ¿Y qué pasó con él? Que lo licenciaron. Este mismo pidió públicamente al Papa que definiera sus posiciones sobre el evolucionismo y le cesaron.
piergiorgio3.jpg
JJM: -Los jesuitas, ¿son otra cosa?
PO: -Son los más incisivos, sin duda. Plantean abiertamente sus dudas sobre muchos dogmas. Existe una anécdota fantástica que los define. Cuando descubrieron la momia de Jesús en Jerusalén, los franciscanos decían: es cierto lo que sufrió por nosotros, las heridas están a la vista, debemos amarlo todavía más. Los dominicos se plantearon: cuidado, que si está aquí es que no ha resucitado, vamos a tener problemas con el dogma. Y los jesuitas dedujeron: ahí lo tenemos; por tanto, ha existido. ¿No es genial?
JJM: -Martini es un buen ejemplo de jesuita.
PO: -Bueno, es que él ha llegado a criticar hasta el libro del Papa sobre Jesús de Nazaret. Es raro, pero es que es la minoría.
JJM: -¿Es necesario escribir libros así contra la Iglesia o es darle demasiada importancia a todo aquello que no debería ni siquiera ser debatido porque va contra toda razón?
PO: -No sólo es necesario. Es que me parece poco todo lo que se pueda argumentar en contra. He tratado de escribir un libro serio, sin despreciar también la ironía. Aunque sobre todo he intentado hacer una crítica rigurosa basada en principios teológicos y la prueba de que ha calado es lo que les ha molestado. La importancia de la Iglesia es un hecho, no es que se la dé yo. No escribiría un libro preguntándome por qué no somos raelianos. Me da exactamente lo mismo. En Italia, 30 millones de personas se declaran católicos. La Iglesia posee un cuarto de los bienes inmuebles, de nuestros edificios.
JJM: -Como inmobiliaria no hay quien pueda con ella.
PO: -Exacto. Además, en Italia, el Papa vive dentro. Una solución sería enviarlo a Jerusalén. Dejemos Roma para los romanos.
JJM: -En España vive el Opus, que también impone.
PO: -Una organización que ha ganado muchísimo poder dentro de la Iglesia por culpa de Juan Pablo II, por cierto. Él llevó a la bancarrota las finanzas vaticanas para financiar al sindicato Solidaridad. Fue el Opus quien tapó el agujero.
JJM: -Otro de los asuntos que trata en el libro es el creacionismo.
PO: -No creamos que es sólo un invento de Estados Unidos, aunque ha sido allí donde se ha desarrollado más. En Italia, ya el primer Gobierno de Berlusconi lo reivindicó, y no me extrañaría que ahora volvieran a la carga. Me hace gracia que ahora, para hacer el Camino, mi compañero ha llevado la Biblia. Yo, en cambio, elegí El origen de las especies, de Darwin. Me ha impresionado su visión de futuro. Todas las objeciones cretinas que le ponen hoy al evolucionismo, Darwin las prevé y además las responde en el libro con anticipación.
JJM: -¿Lo vio venir?
PO: -Exacto, y basta leerlo para frenarles. Pero el problema es que son insaciables. Porque tampoco el evolucionismo va contra la religión. El problema está no tanto en la creación del mundo, sino en el momento que surge el hombre. Ahí tenían que poner su sello.
JJM: -Inventar la culpa. ¿Sin culpa no hay negocio?
PO: -Eso es.
JJM: -¿Y por qué de entre todo el cristianismo, lo que menos se sostiene para usted es el catolicismo?
PO: -Porque son los que más dogmas imponen y, por tanto, los más fáciles de rebatir.
JJM: -Más cuando la mayoría son imposiciones caprichosas, a expensas de los papas, los concilios, las alianzas de poder.
PO: -Como la infalibilidad pontificia, el dogma que más sospechas despierta entre los creyentes. Encuestas de universidades católicas aseguran que en la infalibilidad del papa sólo cree un 30% de católicos. Es el dogma más débil. Hay otras cosas más absurdas, como que el 40% de los que tienen fe cree que san Juan se convirtió en hijo de la Virgen ante la cruz. Lo que le digo: si leyeran con atención los evangelios, dejarían de creer automáticamente.
piergiorgio4.jpg
Nota: Esta entrevista fue hecha para el diario El País, de España, y se publicó el 15 de junio de 2008

jeudi 5 avril 2012

Les Evangiles

Les Evangiles constituent le texte fondateur du christianisme, formant le Nouveau Testament avec les Actes des Apôtres, divers épîtres et l'Apocalypse. Aux premiers siècles du christianisme de nombreux évangiles étaient en circulation mais seuls ceux de Matthieu, Marc, Luc et Jean ont reçu le label d'authenticité par l'Eglise. Ces quatre textes relatent la vie de l'hypothétique Jésus mais les contradictions sont nombreuses. Les évangiles de Matthieu, Marc et Luc sont regroupés sous le terme de synoptiques et sont assez proches, l'évangile de Jean étant plus différent. Ceci a amené les exégètes à envisager l'existence d'une source commune aux évangiles synoptiques appelée Q (initiale du mot "quelle", la traduction allemande de "source").
Les nombreuses incohérences entre les quatre versions de la vie de JC sont présentées dans un premier temps, sans prétendre à l'exhaustivité, puis les aspects peu humanistes du héros seront exposés, thème soigneusement évité par les théologiens pour qui un Jésus exclusivement bon sert beaucoup mieux leur propagande.
Contradictions entre les quatre évangiles
1/ Généalogie de JC
Bien que JC soit né de Marie, restée vierge, Joseph n'ayant aucun rôle dans l'affaire, les rédacteurs ont cru bon de préciser la filiation de JC du côté du charpentier. Matthieu et Luc n'hésitent pas à reconstituer la généalogie de Jésus mais sans cohérence entre elles : 42 générations jusqu'à Abraham selon Matthieu (1, 1-17) et 77 jusqu'à Dieu selon Luc (3, 23-38) dont 56 jusqu'à Abraham.
2/ Lieu de naissance
Matthieu et Luc font naître JC à Bethléem mais Marc et Jean n'abordent pas la question ce qui, certes, ne constitue pas une contradiction.
3/ Epoque
La naissance de JC eut lieu du temps d'Hérode, qui régna jusqu'en -4, d'après Matthieu. Luc donne des renseignements plus précis en mentionnant un évènement contemporain, le recensement de l'empire romain alors que Quirinius était gouverneur de Syrie. Cela situe la naissance en +6 soit 9 ans plus tard. Luc donne deux indications de l'âge de JC (Luc 2,42 et 3,23) ce qui permet de savoir qu'en la 15ème année du règne de Tibère (soit en 29) JC avait entre 12 et 30 ans ce qui correspond à une naissance entre -2 et -17. L'étoile des mages n'aide en rien la recherche, il s'agit plus probablement d'un délire mystique que d'un réel évènement astronomique.
La crucifixion ne permet pas de dissiper les brumes occultant la détermination des dates. Le seul renseignement est qu'elle eut lieu pendant le mandat de Ponce Pilate, soit entre 26 et 36. Par ailleurs, Jean (8,57) indique que JC est âgé de moins de 50 ans (mais à quel moment?) ce qui semblerait indiquer qu'il était âgé de plus d'une trentaine d'années lorsqu'il fut cloué sur la croix. Ceci correspond à une naissance très antérieure à -4.
Devant ces éléments contradictoires, la plus sage des conclusions est soit de constater notre ignorance, soit que ces incertitudes sont inhérentes à l'invention du personnage par plusieurs auteurs.
4/ Les mages
Matthieu est le seul à mentionner ces voyageurs, Marc, Luc et Jean n'y faisant pas appel. Ces visiteurs sont désignés comme des mages et non comme des rois comme la tradition actuelle le fait supposer. Il pourrait aussi bien s'agir de magiciens ou d'astrologues. De plus, ni le nombre de mages, ni leur identité n'est indiqué dans l'évangile de Matthieu.
Quant à l'étoile guide, son mouvement interdit que ce soit un rapprochement serré entre deux planètes et aucune comète ni évènement particulier n'est mentionné à cette époque. L'imagination de l'auteur a, là aussi, donné libre cours à sa fantaisie.
5/ Les noms des apôtres
Les quatre évangiles indiquent les noms des apôtres qui suivent JC mais les listes montrent quelques incompatibilités:
Matthieu
Marc
Luc
Jean
Simon (appelé Pierre)Simon (appelé Pierre)Simon (appelé Pierre)Simon (appelé Pierre)
AndréAndréAndréAndré
JacquesJacquesJacques-
JeanJeanJean-
PhilippePhilippePhilippePhilippe
BarthélemyBarthélemyBarthélemy-
ThomasThomasThomasThomas
MatthieuMatthieuMatthieu-
Jacques (fils d'Alphée)Jacques (fils d'Alphée)Jacques (fils d'Alphée)-
ThaddéeThaddée--
Simon le ZéloteSimon le ZéloteSimon le Zélote-
Judas IscarioteJudas IscarioteJudas IscarioteJudas Iscariote
-Lévi (fils d'Alphée)Lévi-
--Judas (frère de Jacques)Judas
---Nathanaël



Saint Pierre
Ainsi Marc indique 13 noms, le treizième étant Lévi (Marc 2,14). Cependant, le passage correspondant à Marc (2,14) dans l'évangile de Matthieu (Matthieu 9,9) ne l'appelle pas Lévi mais Matthieu! Luc retient lui aussi Lévi (Luc 5,28) mais ne mentionne pas Thaddée au contraire de Matthieu et Marc. Un nouveau membre du groupe apparaît chez Luc, il s'agit de Judas, frère de Jacques, personnage distinct du traître Judas Iscariote. Enfin, Jean ajoute Nathanaël à cet échantillon déjà bien fourni. Jean mentionne aussi Judas, comme Luc, mais la liste complète des douze apôtres n'est pas donnée.
Devant une telle confusion comment accorder une fiabilité à ces énumérations? L'incohérence la plus révélatrice de la fantaisie de ces textes est qu'aucun apôtre ne se prénomme Marc ou Luc! Ces deux personnages sont pourtant censés avoir suivi JC pour pouvoir relater sa vie.
6/ Crucifixion
Nombreuses sont les représentations de la Passion de JC où on voit ce malheureux porter lui-même sa croix. N'en déplaise au clergé et aux artistes auteurs de ces œuvres, seul l'évangile de Jean précise que la croix a été portée par JC (Jean 19,27). Matthieu, Marc et Luc affirment au contraire qu'elle fut portée par un dénommé Simon, originaire de Cyrène, qui se trouvait sur les lieux au mauvais moment (Matthieu 27, 32, Marc 15, 21, Luc 23, 26).
Une fois cloué, JC a pour voisins deux brigands qui l'insultent selon Matthieu (27, 44) et Marc (15, 32) alors que Luc (23, 39-43) dit qu'un seul des deux l'insultait pendant que l'autre reconnaissait sa divinité.
Après avoir expiré, les évangiles content que JC fut enveloppé dans un linge. Ce linge est un linceul d'après Matthieu (27,59), Marc (15, 46) et Luc (23, 53) et des bandelettes selon Jean (19,40 et 20,5-6). La confusion est générale quand Luc parle lui aussi de bandelettes (Luc 24,12). Jean évoque aussi un linceul mais il est destiné uniquement à envelopper la tête du crucifié (Jean 20, 7). Il n'y a pas à douter que ces précisions n'altèreront en rien les convictions des partisans de l'authenticité du suaire de Turin , œuvre d'un artiste du 13ème ou 14ème siècle.
Comme dans tout bon scénario, JC doit prononcer des paroles solennelles juste avant son expiration. Selon Matthieu et Marc, JC s'interroge: "Mon Dieu, mon Dieu, pourquoi m'as-tu abandonné?", formule d'autant plus surprenante que ce même JC ne cessait de répéter qu'il faut croire à tout prix et être prêt à mourir pour Dieu... Pour Luc, JC prononce: "Père, je remets mon esprit entre tes mains", alors que Jean se contente d'une formule rapide: "Tout est consommé". Quatre évangiles, trois déclarations distinctes.
7/ La résurrection
La résurrection a curieusement lieu devant un public limité alors qu'un grand nombre de témoins n'aurait pu que servir les intérêts de la secte encore à ses débuts. Néanmoins, là encore, les versions diffèrent: l'apparition devant les apôtres a lieu en Galilée selon Matthieu (28,7-20), Marc (16,6-18) et Jean (21,1-23) alors que Luc (24,13-49) et Jean (20,19) la situent à Jérusalem.
On peut s'étonner que le message biblique ait traversé 2000 ans d'histoire malgré ces innombrables incohérences. Il faut cependant reconnaître au clergé le mérite d'avoir, d'une part, su administrer au peuple SA version des évangiles et, d'autre part, répété depuis des siècles que l'examen critique, rationnel ne pouvait s'appliquer aux textes sacrés.
Jésus menaçant et autoritaire
JC, tel qu'il est décrit dans les évangiles, n'est pas uniquement l'être bon, généreux, humaniste que l'Eglise chrétienne nous dépeint. Les clercs ont prudemment oublié de montrer le perturbateur qui n'hésite pas à menacer des pires maux ses opposants ainsi que ceux qui n'adhèrent pas à sa foi, la liberté du culte lui étant inconnue.
Ainsi, Matthieu (10,34) précise clairement les motivations de JC quand celui-ci s'exclame:"Ce n'est pas la paix que je suis venu apporter mais le glaive". La notion de famille se trouve malmenée dans Matthieu (10,35-36): "Oui je suis venu séparer le fils de son père, la fille de sa mère, la belle-fille de sa belle-mère. On aura pour ennemis les gens de sa maison." Ou plus loin (Matthieu 10,37): "Qui aime son père ou sa mère plus que moi n'est pas digne de moi. Qui aime son fils ou sa fille plus que moi n'est pas digne de moi". Voir aussi Luc (12,51-53). L'autoritarisme de JC est manifeste dans son injonction à un individu de laisser l'enterrement de son père pour le suivre (Luc 9,59-60).
La vision chrétienne de la tolérance est une notion très sélective: le pardon n'est accordé qu'aux pêcheurs qui acceptent de se soumettre à la nouvelle foi. Ainsi, un refus entraîne le courroux de JC, les blasphémateurs ont tout à craindre (Marc 3,29): "qui blasphème contre l'Esprit Saint n'aura jamais de pardon, car sa faute est éternelle". De même Jean (3,18): "Qui ne croit pas est déjà condamné parce qu'il n'a pas cru en la personne du Fils unique de Dieu". Hors de l'Eglise point de salut!.
Afin de rendre son propos plus persuasif, JC s'exprime par des paraboles, dont le sens échappe d'ailleurs souvent aux apôtres. Il peut alors déchaîner sa violence verbale comme dans la parabole de l'ivraie dans le champ (Matthieu 13,40): à la fin du monde "le Fils de l'homme enverra ses messagers qui enlèveront de son royaume tous les scandales et ceux qui font le mal. Ils les jetteront dans la fournaise ardente, hantée de pleurs et de gémissements." Ou encore dans la parabole du roi attendant son remboursement (Matthieu 18,34-35): "Dans sa colère, le maître le livre aux bourreaux jusqu'à ce qu'il ait tout remboursé. C'est ainsi que mon Père céleste vous traitera si chacun de vous ne pardonne pas à son frère du fond du cœur." Autre exemple dans la parabole du festin (Matthieu 22,13): "Alors le roi (c'est à dire Dieu) dit aux servants: Liez-lui pieds et poings; puis jetez-le dans les ténèbres hantées de pleurs et de gémissements. Beaucoup sont appelés, peu sont élus." La colère de Dieu est omniprésente: Luc (17,28-30), Luc (19,27): "Quand à ces gens qui me haïssent et n'ont pas voulu que je règne sur eux, amenez-les ici et massacrez-les en ma présence!", Jean (15,6) "Si quelqu'un ne demeure pas en moi, il est jeté dehors comme le sarment, il sèche, et les sarments secs, on les ramasse, on les jette dans le feu et ils brûlent." La liste est interminable et il n'en a pas fallu plus pour inspirer Torquemada et ses collègues inquisiteurs.
Le passage sur les marchands du temple révèle un JC qui ne se contente pas de proférer des menaces mais qui est sujet à l'énervement et capable d'actes violents. Ainsi, Matthieu (21,12) "Puis Jésus, entre dans le temple, en chasse les marchands et les acheteurs, renverse les comptoirs des changeurs et les étalages des marchands de colombes." et Jean (2,15) "S'étant fait un fouet avec des cordes, il les chasse tous hors du temple ainsi que les brebis et les bœufs, disperse la monnaie des changeurs et renverse les comptoirs.", voir aussi Marc (11,15).
Enfin, élément vital dans l'enseignement de JC, la fin du monde et l'avènement du règne de Dieu. Naturellement ceci ne se fera pas dans la douceur mais dans un cataclysme planétaire. Matthieu (24,15-25) en fait une prédication apocalyptique, morceau choisi: "il y aura alors une détresse telle qu'il n'y en a pas eu depuis le commencement du monde jusqu'à ce jour et comme il n'y en aura jamais plus."
Jésus mégalomane
Lors de l'instauration d'une nouvelle secte, un élément primordial est d'assurer l'unicité du Dieu et du prophète vis à vis des mythes concurrents. JC satisfait à cette règle, il proclame à maintes reprises qu'il est le seul vrai prophète et qu'il n'y a qu'un seul christ (Matthieu 7,15 et 24,23-25, Marc 13,5-6, Luc 21,8). Par ailleurs: "Aussi longtemps que je suis dans le monde, je suis la lumière du monde" (Jean 9,5), "moi j'ai vaincu le monde" (Jean 16,33, encore un vocabulaire guerrier). Le gourou entend qu'on cesse toute occupation pour se consacrer à lui: dans Luc (10,38-41) JC accorde sa préférence à la femme inactive assise à ses pieds et qui l'écoute, plutôt qu'à sa sœur occupée à faire le travail de la maison.
Enfin le sentiment de supériorité de JC est éclatant dans Matthieu (26,6-12), Marc (14,6-7) et Jean (12,5), achevant de détruire l'image pieuse du généreux JC: lorsqu'une femme répand un parfum de grand prix sur sa tête, les disciples s'indignent, la vente du produit aurait pu être très bénéfique pour les pauvres. JC donne alors la justification suivante: "des pauvres vous en aurez toujours avec vous, mais moi vous ne m'aurez pas toujours" (Matthieu, 26,11).
Eloge de la souffrance
La religion chrétienne place la souffrance des pauvres à un très haut degré de la beauté. Il est bon de souffrir de son vivant, la place au ciel n'en sera que meilleure. Dieu peut même être à l'origine de nos souffrances, ainsi la rencontre de l'aveugle de naissance (Jean 9,2-3): "qui a péché, lui ou ses parents pour qu'il soit né aveugle? Jésus répond: Ni lui, ni ses parents; mais c'est afin que se manifestent en lui les œuvres de Dieu." Le martyre peut même aller jusqu'au sacrifice de sa vie pour suivre le gourou (Marc 8,35): "qui perdra sa vie à cause de moi et de la bonne nouvelle la sauvera."
Cette soumission du peuple chrétien à ses chefs spirituels est la meilleure garantie pour assurer la pérennité du système. JC assure qu'il faut subir les affronts sans sourciller (Luc 6,22-23): "Heureux êtes-vous quand les hommes vous haïssent, vous frappent d'exclusion, vous insultent et proscrivent votre nom comme infâme à cause du Fils de l'homme." La persécution vient, dans cet exemple, des opposants à la foi chrétienne mais l'Eglise a su adroitement, au cours des siècles, ne retenir que la notion de résignation tout en changeant la nature de l'oppresseur.
Les qualités de thaumaturge de JC ne manquent pas d'attirer l'admiration des chrétiens actuels mais ce serait oublier que JC ne fut pas toujours disposé à guérir. Nombreux furent les malades qui essuyèrent un refus de sa part lorsque celui-ci préféra se retirer en des lieux déserts pour se soustraire à la populace (Luc 5,15-16): "des foules nombreuses se rassemblaient pour l'entendre et se faire guérir de leurs maladies. Mais lui se tenait retiré dans des lieux déserts et il priait."
Des évangiles ésotériques
Les évangiles n'échappent pas à l'ésotérisme largement répandu à l'époque de leur rédaction. Le nombre 12 y est très fréquent (ce qui renvoie à des préoccupations plus astrologiques que chrétiennes mais la différence est-elle si grande?):
  • 12 tribus dans Israël (Luc 22, 30)

  • lors de la multiplication des pains et des poissons les restes furent rangés dans 12 corbeilles (Matthieu 14, 20, Marc 6, 43, Luc 9, 17, Jean 6, 13)

  • 12 disciples

  • guérison d'une femme atteinte d'hémorragie depuis 12 ans (Marc 5, 25)

  • guérison d'une fillette âgée de 12 ans (Marc 5, 42)

  • évocation du déplacement de JC à Jérusalem lorsqu'il était âgé de 12 ans

  • désignation de 72 disciples (6 fois 12) pour un travail de propagande (Luc 10, 1)

  • Les descriptions de la fin du monde sont elles aussi des monuments d'ésotérisme.
    Les miracles et autres absurdités
    Les prouesses paranormales de JC révèlent une polyvalence remarquable: virginité de Marie, guérisons (d'aveugles, de boiteux, de lépreux, de sourds...), résurrections, marche sur l'eau, figuier desséché, changement de l'eau en vin, multiplication des pains et des poissons. Inutile de s'attarder trop longtemps sur ces légendes, leur absurdité suffit à les ridiculiser.
    La crucifixion du héros donna lieu, selon Matthieu, à un scénario catastrophe: Jérusalem fut plongée dans les ténèbres, les tombeaux s'ouvrirent, les morts ressuscitèrent et se mirent en marche. Comment expliquer qu'un tel évènement ne soit mentionné par aucun historien? Faut-il voir là une simple parabole annonçant la fin du monde? C'est douteux car les passages où JC s'exprime par parabole sont clairement identifiés comme tels. Cette scène est donc à ranger dans la rubrique des miracles autrefois considérés comme des évènements bien réels que les théologiens actuels s'efforcent de regarder de façon symbolique. Echappatoire facile qui fait oublier que ces faits illogiques tiennent une très grande part de responsabilité dans l'adhésion à la foi chrétienne. Les reléguer au rang de métaphores, allégories ou symboles signe un réel recul de l'Eglise dans son interprétation des textes.

    del Blog Dios es Imaginario

    Las Vergüenzas Del Vaticano


    Por Tony Perrottet
    Señor, dame castidad y auto-control – pero todavía no.
    - Oración del jóven San Agustín, c.380 D.C.

    Julio III
    Los escándalos eclesiásticos están a la órden del día, pero la Iglesia siempre ha estado del lado perdedor en una lucha contra sus propios dirigentes. El problema es que los cambios de política oficial empezaban desde arriba. Los sacerdotes tuvieron a uno de los primeros papas, Sexto III (432-440), en juicio por haber seducido a una monja. Fue liberado de todos los cargos después de citar a Cristo como defensa: “Aquellos que estén libres de pecado, que lancen la primera piedra”.
    En los siglos siguientes, favores políticos y un proceso de elección corrupto hicieron que horrendas personas fuesen puestas en ese posición, mientras los creyentes no podían sino ver con horror lo que sucedía. De hecho, ha habido tantos Vicarios de Cristo nombrados como “El Peor Papa Jamás” que tendremos que conformarnos con una lista de los 10 peores.
    1. Sergio III (904-11), conocido por sus cardenales como “el esclavo de todos los vicios”, llegó al poder después de asesinar a su predecesor. Tuvo un hijo con una amante adolescente – la prostituta Marozia, 30 años menor que él – y su hijo ilegítimo llegó a convertirse en el siguiente papa. Subastó los empleos en el Vaticano y con él entró la papacía a su “siglo oscuro”.
    2. Juan XII de 16 años (955-64) fue acusado de acostarse con sus dos hermanas e inventar un catálogo de asquerosos pecados nuevos. Descrito por un historiador de la iglesia como “el deshecho mismo”, fue asesinado a los 27 años cuando el esposo de una de sus ayudantes entró en su recámara descubriéndolo en pecado por lo que le quebró la cabeza a golpes con un martillo.
    3. Benedicto IX, (1032-48) frecuentemente sorprendió hasta a el cardenal mas duro con sus seducciones a niños y jóvenes hombres en el Palacio Laterano. Al arrepentirse de sus pecados se retiró a un monasterio, solo para cambiar de parecer y volver al puesto de nuevo. Era “un miserable que se alimentaba de la inmoralidad”, escribió San Pedro Damian, “un demonio del infierno disfrazado de sacerdote”.

    Bonifacio VIII
    4. Después de masacrar a la población entera en el pueblo Italiano de Palestrina, Bonifacio VIII (1294-1303) se dio gusto con encuentros sexuales con una mujer casada y la hija de ella (al mismo tiempo) y se le conocía en Roma como un pedófilo sin vergüenza. Famosamente declaró que el tener relaciones sexuales con niños y adolescentes no era más pecado que frotarse una mano con la otra. El poeta Dante le reservó un lugar especial en el octavo círculo del infierno.
    5. Cualquier pretención de decoro fue abandonada cuando la papacía se mudó a Avignon en el sur de Francia por 75 años. El alegre Clemente VI (1342-52) fue llamado “un Dionisio eclesiástico” por el poeta Petrarch debido al número amantes que tuvo y la gravedad de su gonorrea. Después de su muerte, 50 sacerdotes oficiaron misa por el descanso de su alma por nueve días consecutivos, pero se rumoraba con humor Francés que esto no fue ni cerca de suficiente.

    Sixto IV
    6. De vuelta en Roma, la papacía logró un verdadero punto bajo en el Renacimiento. Sixto IV (1471-84), quien fundó la Capilla Sixtina, tuvo seis hijos ilegítimos – uno con su propia hermana. Recolectó impuestos de Iglesia a las prostitutas y le cobraba a los sacerdotes por tener amantes, pero los críticos argumentaban que esto solo incrementó la prevalencia de la homosexualidad clerical.
    7. La época de Inocente VIII (1484-92) es recordada como la Era Dorada de los Bastardos: Él admitió tener ocho hijos ilegítimos pero se sabía que tenía muchos más, aunque encontró tiempo entre sus amoríos para iniciar la Inquisición. En su lecho de muerte, le pidió a una enfermera recién convertida en madre que le diera leche fresca para beber de su pecho.

    Alejandro VI
    8. El malvado Rodrigo Borgia, quien tomó el nombre deAlejandro VI (1492-1503), presidió más orgías que misas, escribió Edward Gibbon. Un punto destacable en su carrera fue en 1501 con “El Duelo de Prostitutas”, cuando invitó a 50 bailarinas a desvestirse lentamente alrededor de la mesa del papa. Alejandro y su familia alegremente tiraron nuezes al suelo, obligando a las mujeres a tirarse al piso y revolcarse como cerdos; luego ofrecieron premios de finas ropas y joyería al hombre que pudiera fornicar con la mayor cantidad de mujeres. Otro de los pasatiempos de Alejandro era ver caballos mientras se apareaban, lo cual lo hacía “reírse a reventar”. Después de su muerte – posiblemente envenenado por su hijo enfermo, César Borgia – el cuerpo de este papa fue expulsado de la basílica de San Pedro declarado como demasiado diabólico para enterrarse en tierra santa.

    Julio II
    9. Julio II (1503-13) es recordado por contratar a Miguel Ángel para pintar el techo de la Capilla Sixtina. También fue el primer papa en contraer “la enfermedad Francesa”, sífilis, de los prostitutos de Roma. El Viernes Santo de 1508, no pudo permitir que su pie fuese besado por fieles seguidores, pues estaba cubierto de llagas por la sífilis.
    10. El romántico Julio III (1550-55) se enamoró de un joven hombre pordiosero que vió peleando con el mono (simio) de un vendedor en las calles. El papa recogió y nombró cardenal a este analfabeta de 17 años, inspirando un épico poema, “En Honor A La Sodomía”, probablemente escrito por un arzobispo molesto en su honor.
    MÁS INFORMACIÓN: Duffy, Eamon, Santos y Pecadores: Historia de los Papas, (Yale, 2002); De Rosa, Peter, Vicarios de Cristo: el Lado Oscuro de la Papacía (Nueva York, 1988).
    Original: The Vatican Hall Of Shame via TheSmartSet.com
    Traducción de DiosEsImaginario.com

    Ateísmo niilista

    Da religiosidade ao ateísmo niilista. Márcio Lima *

    A Idade Média foi um período histórico em que o cristianismo se tornou a crença predominante em toda Europa Ocidental.1 Em quase todo continente, a maior parte da vida social, moral e política das pessoas era determinada pelos ensinamentos e pela ação da Igreja Católica Romana.

    A disseminação dos dogmas cristãos era tão intensa que no século IX, não existia na Europa Ocidental ninguém que não acreditasse em Deus. A Igreja controlava a fé, normatizava os costumes, a produção cultural, o comportamento e, sobretudo, a ordem social. Até mesmo o tempo era controlado pela religião cristã, pois, as pessoas marcavam o ritmo de suas vidas pelo toque dos sinos das igrejas. Como eram completamente voltados para as práticas religiosas, acreditavam que a vida na Terra seria apenas um momento antes da eternidade, que seria vivida ao lado de Deus.

    A influência da Igreja também se fazia presente nas relações políticas, onde os Papas sagravam os Reis e legitimavam o poder dos senhores feudais. Como a sociedade era constituída por pessoas iletradas e desprovidas de conhecimento, a Igreja mantinha o controle do saber erudito, pois, detendo informações e conhecimentos importantes, garantia de forma inabalável a extensão de seu domínio ao longo de vários séculos.

    Aqueles que questionavam ou discordavam das práticas impostas pelos dogmas religiosos, eram considerados adversários da Igreja de Deus, chamados de hereges. Contra os hereges, a religião desencadeou uma guerra sem tréguas. Como forma de repressão, criou a Excomunhão e o Tribunal do Santo Ofício, conhecido como Santa Inquisição. A excomunhão era o ato que impedia o cristão receber os benefícios da salvação, concedidos por seu intermédio. Nesse caso, era preferível para muitos homens medievais, morrer a ser excomungado. A Inquisição julgava os hereges dissidentes e os que recusavam a se retratar eram condenados à morte na fogueira.

    Na Filosofia, os pensadores medievais, chamados doutores da Igreja, voltaram-se para as questões relativas aos dogmas e aos preceitos da fé, combinando por vezes elementos da filosofia greco-romana com ensinamentos cristãos. A Escolástica foi a filosofia predominante e representava uma tentativa de conciliar fé e razão à luz do pensamento aristotélico, agregando elementos da filosofia pagã com a doutrina cristã.

    No campo do conhecimento científico, grande parte dos historiadores afirma que a Igreja pouco, ou nada, favoreceu ao seu crescimento. Aqueles que tentaram produzir um saber científico sem o aval da religião cristã foram reprimidos. Roger Bacon, monge franciscanos, foi condenado à prisão, Galileu foi reprimido e Giordano Bruno foi condenado à fogueira. (sendo os dois últimos pós-medievais)

    [...] O cristianismo rompeu a união entre o homem e a natureza, entre o espírito e o mundo carnal, potencialmente distorcendo o relacionamento entre os dois em direções opostas e atormentadas: o ascetismo e o ativismo. [...] Ambrósio de Milão expressou a nova opinião oficial ao condenar como ímpias até as puramente teóricas ciências da astronomia e da geometria. [...] 2

    Até meados do século XVII, a fé cristã permeava toda e qualquer parte da organização social, política e econômica da Europa e dos Países por ela colonizada.3 Porém, novos acontecimentos mudaram o rumo da história. A partir do Renascimento,4 deu-se início ao embate entre Deus (teocentrismo) representado pela Igreja e o homem (antropocentrismo). O mercantilismo incentivou as Grandes Navegações, época em que foi percebida a possibilidade de se navegar diretamente pelos mares, já que a terra tinha a forma esférica e não plana como se acreditava na Idade Média. O Capitalismo foi tomando lugar na economia, contrariando a Igreja que condenava o lucro e a usura. A própria Reforma Protestante5 representou a possibilidade de se questionar os dogmas da Igreja Romana. No século XVIII, o Iluminismo,6 com suas idéias críticas e libertárias, propiciou o avanço da racionalização na sociedade. A produção cultural se deslocou do domínio da Igreja (o sagrado) para o das pessoas comuns (o profano, o leigo). Começava-se a laicização ou dessacralização, era a chamada Idade Moderna. Deus, tendo a Igreja como seu principal representante na terra, começava a perder seu espaço e sua autoridade entre os homens, que pouco a pouco se desprendia da dogmática religiosa.

    A Modernidade é marcada, principalmente, pela nova concepção do pensar. A rejeição de Deus, dos dogmas e instituições eclesiásticas; o individualismo; a crítica das ilusões; o desenvolvimento das técnicas e o fortalecimento do Estado democrático. A ruptura do indivíduo com o bloco sócio-religioso, aparece logo no início da modernidade, tendo conseqüências em todos os segmentos: cultura, economia, direito e política.7 Para os modernos, a vida moral deverá desprender-se da religião. A Igreja terá que renunciar ao governo e ao controle da vida política.

    No pensamento moderno, Descartes rompeu com o aparato escolástico e iniciou o discurso racional. Kant, com sua visão agnóstica, afastou a fé de qualquer entendimento racional (Fé e razão atuam distintamente). Strauss identificou a vida de Cristo com a Teoria do Mito, entendendo o Evangelho como algo historicamente datado, longe de qualquer caráter sobrenatural ou divino. Feuerbach assegurou ser Deus uma projeção dos desejos de perfeição do homem. Para ele, era a alienação do homem que havia criado a crença no Ser Supremo. Marx afirmou que a religião seria o ópio do povo. Darwin, com sua "Origem das Espécies",8 abalou a teoria bíblica da criação do homem e da natureza. Por fim, Freud mostrou que as ações humanas são determinadas pelo inconsciente e que Deus seria uma projeção da imagem paterna impregnada desde cedo na mente do homem.

    A modernidade destruiu a "totalidade" da religião, ou seja, separado o que era revelado por Deus e codificado pela Igreja, daquilo que era percebido pelos homens e por eles transformado em teorias. A religião autorizou a Ciência, como também a Arte, a Política e, mais tarde, a Ética a adquirir sua autonomia e constituir sua própria escala de valores. Uma distinção encontrada no próprio livro sagrado cristão, (dai a César o que é de César e a Deus o que é de Deus) 9 divisão direta entre poder temporal e poder espiritual. A partir daí, uma nova visão vai marcar o pensamento do homem moderno. Se antes era tarefa da religião oferecer uma consciência à sociedade, agora cabia às Ciências apresentar explicações racionais para os fenômenos ocorridos no mundo (dentro e fora dele).

    Essa forma de pensamento teve seu ponto culminante no século XX, quando não só a Ciência desagregou, de forma definitiva, qualquer apelo ao sobrenatural, como também, a maioria das constituições políticas que surgiram, afirmaram sua posição secular e agnóstica, separando-se das crenças. O próprio regime socialista soviético chegou a se declarar um Estado Ateu. Desta forma, mesmo que a religião ainda constitua um poderoso fator de mobilização das massas e um insubstituível apoio ético e moral, faz-se necessário o reconhecimento de que as elites modernas deram as costas para Deus.

    Diante desse contexto, e analisando de forma reflexiva a sua volta, Nietzsche (1844-1900) declarou, nas palavras do personagem Zaratustra, A morte de Deus

    "Zaratustra, porém, ao ficar sozinho falou assim ao seu coração: Será possível que este santo ancião ainda não ouviu no seu bosque que Deus já morreu?"10

    A morte de Deus é a constatação do niilismo na modernidade, é a percepção cada vez maior da ausência de Deus no pensamento e nas práticas do Ocidente moderno. Para ele, o homem moderno perdeu a confiança em Deus e suprimiu a crença no "mundo verdadeiro", o mundo perfeito que vem após a morte do corpo material, originário da metafísica e do cristianismo. A substituição da Teologia pela Ciência e o ponto de vista de Deus pelo ponto de vista do homem, provocou a ruptura com os valores absolutos, com a essência e com o fundamento divino. 

    Na verdade, a morte de Deus já se fazia presente na consciência do europeu desde o século XIX, o que ainda não haviam percebido era que esse fato implicava na desvalorização dos valores morais, ou seja, o fim do Deus cristão também foi o fim da moral por ele estabelecido, através do cristianismo. O culto do progresso, a proclamação da igualdade e o crescimento do conhecimento científico, transformaram a humanidade numa massa de indivíduos indefinidos ainda mais escravizados, sem força e sem autenticidade. Ao perder a legitimidade provinda de suas origens tradicionais e as suas garantias exteriores, representada pelos deuses, heróis e as monarquias de instituição divina, a sociedade moderna é condenada a tomar a si mesma como fundamento, pois não existe mais proteção divina (ela é auto-suficiente, atéia). Terá agora que reinventar seus próprios valores.

    A modernidade apreende então uma crítica aos seus próprios valores. As grandes Guerras, os Estados totalitários socialistas, nazistas e fascistas fizeram, por si só, as críticas práticas. A crítica agora não é feita apenas aos antigos valores, às hierarquias do antigo regime, à moral religiosa nem às autoridades hereditárias. A crítica visa agora os próprios valores modernos, a liberdade, a igualdade e a razão.

    O século XX foi a época em que a razão se propôs a guiar a humanidade. O triunfo das ciências iluminou as zonas de incertezas e ilusão que atormentava os homens. A modernidade se apresentou como um começo absoluto de uma nova era, a instituição de um novo mundo e de novos valores edificados sobre o reino da Razão. Até que o totalitarismo desenfreado e as duas Guerras Mundiais puseram em contradição a sociedade moderna. Em 1914, a primeira Grande Guerra deu início à barbárie. As forças criadas para a organização e para a técnica contrapuseram-se às forcas da razão e da ciência que outrora lhes haviam produzido. 

    A partir deste momento, a Europa (e o Ocidente) entra em estado de convulsão. Em plena guerra, a Revolução Bolchevique assume o poder na Rússia, onde mais tarde se transformara numa ditadura socialista, influenciando também outros países. Em 1933, o nazismo chega à Alemanha e, a partir daí, grande parte da Europa vai permanecer sob o domínio de ditaduras nazi-fascistas. Em 1936, começa a Guerra Civil espanhola que antecede a Segunda Guerra Mundial, tendo como conseqüência o holocausto de judeus. Na atualidade, o terrorismo globalizado, seguido da violência brutal contra os direitos humanos, evidencia um novo surto de barbárie.

    O homem moderno agora faz pergunta tipo: Como ser um santo sem Deus? Ou como substituir Deus? Os primeiros modernistas responderam que seria através da moral da humanidade, baseada na razão. Mas esta razão é fria, seca e individualista. Na medida em que os valores se contradizem, os fatos e a realidade demonstram inconsistência. Como fugir da barbárie? A segunda fase da modernidade, iniciada com a primeira Grande Guerra, faz a humanidade tomar consciência de que é frágil e que sua salvação encontra-se na sua própria capacidade de recriar, sem cessar, seus valores e suas instituições. Deverá o homem moderno agora, relançar permanentemente a democracia. A pergunta talvez seja a seguinte: Recriar valores e relançar democracia, baseado em quê? Na fé ou na ciência? O homem moderno parece perdido, solitário e desprotegido.
    [...] parece, pelo menos a esses, que um sol acaba de se pôr, que uma antiga e profunda confiança se tornou dúvida: o nosso mundo parece-lhes fatalmente todos os dias mais vesperal, mais desconfiado, mais estranho, mais ultrapassado. [...] 11

    Nietzsche percebeu a humanidade em sua elevada pretensão de aumentar seu conhecimento e seu poder, sem perguntar sobre os fins (mais tarde, a bomba atômica foi o exemplo). O moderno, acreditando que tudo seria explicado, descobre que há uma falha na explicação. Agora, tudo se afunda, nada mais tem sentido. Percebe-se que nada é visado, não existe objeto futuro, instalou-se o niilismo. O homem será agora uma consciência infeliz, sabe que o mundo, tal como imaginara, não existe, e o que existe de fato, não deveria existir.

    A proposta nietzscheana é a transmutação dos valores, no qual surge o (Übermensch) super-homem, aquele que através da vontade de poder, rompendo com os valores cristãos, superará o niilismo e criará novos ideais.
    Eu vos apresento o super-homem! O Super-homem é o sentido da terra. Diga a vossa vontade: seja o Super-homem, o sentido da terra.12

    Para Nietzsche, o niilismo tem início ainda na antiguidade a partir da teoria socrático-platônica que inventa um mundo ideal, onde a verdade pode ser encontrada, e condena o mundo real, dito das aparências e ilusões. Esta teoria é mantida pelo cristianismo. Porém, se esse mundo em que vivemos não existe, toda filosofia desenvolvida em nome dele é um erro, o que remete ao niilismo do homem moderno. Após a morte de Deus, a interpretação moral da vida e do mundo se esfacelou, abrindo caminho para a propagação do niilismo.

    A morte de Deus marca o fim da dualidade entre o sensível e o supra-sensível, o mundo que sobrou parece falso e desprovido de valor. Ao eliminar o mundo ideal, formulado pelo cristianismo, a morte de Deus elimina também o mundo real em que estamos. Como conseqüência, se o mundo verdadeiro não existe, tudo em que se acreditou até aqui, era mentira. A morte de Deus criou um vazio na modernidade. Este vazio pode ser preenchido, segundo Nietzsche, pelo super-homem, produto da manifestação de novos valores.

    Noutros tempos, blasfemar contra Deus era a maior das blasfêmias; mas Deus morreu, e com ele morreram tais blasfêmias. Agora, o mais espantoso é blasfemar da terra, e ter em maior conta as entranhas do impenetrável do que o sentido da terra13

    Diante dos fatos, o homem moderno se encontra cansado da vida, sua vontade deseja o nada, pois há muito já está esgotada. A morte de Deus representa a falta de perspectiva para criar novos valores e superar o estado niilista em que se encontra. Até este acontecimento, toda moral era divina, aceitava-se e obedecia-se sem questionar, mas, e agora? A desvalorização desses valores trouxe o niilismo, a falta de sentido. Porém o niilismo possibilita também, como dizia Nietzsche, a possibilidade de criar novos valores, uma mudança na mentalidade, que só a partir daí seria possível. A questão é: qual a base para fundamentar esses novos valores, a fé representada pela religião, ou a razão representada pelas ciências? Na contemporaneidade, o homem tem bastante o que refletir. Só através da reflexão analítica a razão poderá prevalecer sobre o niilismo.

    (*) Graduando em História e Filosofia

    1. Exceto na península ibérica, ocupada pelos árabes de religião muçulmana.
    2. ANDERSON, Perry. Passagem da Antiguidade ao Feudalismo, Brasiliense. p.128
    3. Os países colonizados seguiam a religião oficial das Metrópoles.
    4. Movimento cultural que teve início na península itálica ainda no século XIV.
    5. Movimento de transformação religiosa representado inicialmente por Martinho Lutero.
    6. Movimento cultural que se desenvolveu na Inglaterra, Holanda e França, nos séculos XVII e XVIII.
    7. Sendo fato de objeção entre alguns pensadores contemporâneos, a total laicização do Estado.
    8. Livro em que Darwin propõe a teoria de que os organismos vivos evoluem gradualmente através da selecção natural.
    9. Bíblia Sagrada - Mateus 22:21
    10. NIETZSCHE, Friedrich. Assim falou Zaratustra, tradução Pietro Nassetti. São Paulo. Martin Claret, 2002. p.25
    11. ____________________. A Gaia Ciência, tradução Jean Melville. São Paulo. Martin Claret, 2007. p. 181
    12. NIETZSCHE, Friedrich. Assim falou Zaratustra, tradução Pietro Nassetti. São Paulo. Martin Claret, 2002. p.25
    13. Ibidem. p. 25
    Referencias:
    ALMEIDA, Giuliano Cézar Mattos de. Revista Ética & Filosofia Política, Volume 8, Número 1, junho/2005.
    CARVALHO, José Jackson Carneiro de. A modernidade e os caminhos da razão: ensaio de Filosofia social e política, 2ª. ed. Atual, amp. – João Pessoa: Editora Universitária / UFPB, 2006.
    NIETZSCHE, Friedrich. Breviário de citações ou para conhecer Nietzsche, seleção, tradução e notas de Duda Machado. 2ª ed. São Paulo, Landy, 2001.
    ___________, Friedrich. A Gaia Ciência, tradução Jean Melville. São Paulo. Martin Claret, 2007.
    ___________, Friedrich. Assim falou Zaratustra, tradução Pietro Nassetti. São Paulo. Martin Claret, 2002.

    Fonte: texto enviado por e-mail pelo Cepec- Centro de Estudos Politicos Econômicos e Culturais. (Revisei ortográfico e gramaticalmente - Ramiro R. Batista)